Admite que su paso por la presidencia de Telefónica Chile y Aguas Andinas fue clave para comprender la incidencia que las empresas pueden tener en las inversiones y el medio ambiente del país, dos dimensiones que para Claudio Muñoz hoy cruzan el debate constitucional y que tienen entrampado el desarrollo de proyectos de miles de millones de dólares.
Actualmente, el ingeniero civil industrial está presente en varios directorios, pero confiesa que una de sus motivaciones más latentes es cómo concientizar sobre la responsabilidad de los gobiernos corporativos frente al cambio climático, ámbito que lidera desde la presidencia de Chapter Zero, una iniciativa impulsada por el Instituto de Directores de Chile y EY, junto a la Bolsa de Santiago y el World Economic Forum.
Desde esa óptica, Muñoz manifiesta que “estamos frente a un fenómeno que es más que un cambio climático, estamos frente a una emergencia climática”, un hecho que “nos obliga a repensar muchas cosas”, considerando la fragilidad del país ante este fenómeno, lo que, a su juicio, no se ha dimensionado en su justa medida en el actual proceso constitucional.
—¿El cambio o emergencia climática, como usted lo denomina, por qué no se ha abordado de la manera correcta en el nuevo proceso constitucional?
“Evidentemente en Chile tenemos desafíos, problemas que resolver en materia de pensiones, salud, educación, eso es evidente. Sin embargo, creo que la emergencia climática está por sobre esto. En algún momento todos pensábamos que esto del cambio climático se iba a tomar más tiempo, pero lo que hemos visto en la última semana de agosto y antes, en el verano, es bastante evidente”.
—¿Hay que subir el nivel a esta discusión en este proceso constitucional que ya concluyó su primer borrador?
“Cuando uno enfrenta cambios de contexto de esta categoría, las respuestas no pueden ser tradicionales. Nos falta eso. A veces da la impresión de lo que buscamos defender en este proyecto constitucional son los individualismos. Como que cambiamos el populismo por el individualismo. La discusión constitucional nos da la posibilidad de pensar en algo que va más allá de la coyuntura. Entonces, aquí nos hace falta una reflexión país de qué es lo que estamos construyendo para enfrentar la emergencia climática”.
—¿Por qué cree que esa reflexión no está en la discusión constitucional?
“Creo que nos falta voluntad política para avanzar en desarrollo y proteger el medio ambiente. No estamos siendo capaces de concordar y eso se ve reflejado en el borrador (constitucional). Las constituciones evidentemente no van a resolver problemas específicos, pero sí pueden generar visiones de qué queremos hacer en conjunto. Me parece que ese énfasis no está. Da la impresión de que en el último tiempo hemos perdido esta mirada. Faltan liderazgos”.
Rol de privados
—¿Qué rol ha jugado el sector privado para contribuir a esa mirada?
“El mundo privado tiene un rol fundamental, por eso que en Chapter Zero estamos trabajando con los directorios de empresas para levantar esta dimensión, las empresas tenemos una responsabilidad en proteger el medio ambiente y tenemos una responsabilidad en invertir y desarrollar”.
—¿Pero más allá de la discusión constitucional, cómo se sube el nivel a esta discusión de la emergencia climática en el día a día?
“Hay que poner este tema en la agenda de los directorios, ayudar a desarrollar competencias, habilidades y estrategias. En Chile nos falta una verdadera cruzada de buenas prácticas medioambientales. Esto no es antagónico entre lo público y lo privado, entre ambientalistas y empresarios. Esto tiene que ser una cruzada que nos permita ir descubriendo qué prácticas favorecen al medio ambiente sin trabar la inversión”.
—¿Cómo se construyen esas capacidades para que esto suceda?
“El Estado tiene un rol en materia de crear las condiciones para que esto ocurra. Los privados tenemos un rol en comprometernos con agendas de desarrollo efectivas y de transformación. Afortunadamente, las empresas hemos dado alguna evidencia de que sabemos reinventarnos. Y creo que esto es lo que están demandando las personas a nuestra clase política. Espero que esa sabiduría la tenga nuestra clase política”.
Permisología
—Cuando usted apunta a la clase política, ¿se refiere a que tengan un rol más activo en simplificar la llamada permisología?
“Pareciera ser que el exceso de permisología está capturado por la política”.
—¿Pero muchas de estas iniciativas, por ejemplo, requieren del voto del Congreso o de votaciones a nivel regional por parte de funcionarios con domicilio político?
“Esto debería ser un proceso eminentemente técnico. Aquí lo que debería primar es la evidencia, los datos, la ciencia, los profesionales. Pero nos hemos quedado atrás, estamos entrampados”.
—Pero la permisología no apareció de la nada, surge en respuesta a determinados actos…
“No estamos diciendo que la culpa es del gobierno o de los políticos, no, no, no. Tenemos que ser capaces de articular un ecosistema para destrabar, dar velocidad a las inversiones. Las empresas también juegan un rol. Hay un conjunto de aspectos que tenemos que transformar. Esto de hablar de la adaptabilidad al cambio climático tiene que ver esencialmente con cambiar nuestros modelos de negocio”.
—¿En concreto, qué han hecho las empresas para asumir un rol más activo en esta materia?
“Desde Chapter Zero nos ofrecemos para ser parte de esto, nos ofrecemos para liderar una conversación en Chile que permita desarrollar prácticas medioambientales en las empresas que agilicen la inversión. Si las empresas, por ejemplo, cumplen ciertas normas o hitos, avanzar en un fast track para el desarrollo de proyectos”.
—¿Y esta idea se la han planteado al Gobierno?
“Nosotros (Chapter Zero) hemos construido una red articulada de directores entre las principales empresas de Chile. Lo que estamos proponiendo a nuestras autoridades es cómo sumamos esta red de directores a la discusión. Cómo sumamos una forma de trabajar con el mundo público”.
Nueva conversación
Dada la relevancia del impacto de “permisología”, en medio de una débil economía, y del cambio climático en el proceso constitucional, ¿Chile será capaz de dimensionar los desafíos y plasmar en leyes de cara a las próximas décadas?
“Espero que esto sea el gatillador de una nueva conversación en Chile. De una conversación que de verdad ponga la dimensión del futuro, que ponga estos desafíos evidentes que estamos enfrentando. Creo que tenemos que mostrar a los ciudadanos, mostrarle a Chile que hemos entendido el problema. El problema es nuestra capacidad de adaptación y de transformación”.
—¿Ustedes se han reunido con el mundo político y el Gobierno para entregar nuevas propuestas que permitan abordar la permisología?
“Sí. Estamos buscando, como te decía, que sea Chapter Zero una plataforma que permita conversar con el mundo público, que permita poner nuestra mirada, pero sobre todo ponernos a disposición de cómo protegemos el medio ambiente y logramos desarrollo”.
—Para acelerar la discusión y sobre todo las soluciones, ¿se han planteado abordar estas materias, por ejemplo, en una mesa técnica?
“Todo eso ayuda. Nosotros estamos disponibles a participar o liderar. Eso sí, tenemos que hacernos cargo de que muchas veces estas mesas quedan en el discurso. Creo que llegó el momento de pasar a la acción. Entonces, lo que debería distinguir esta mesa o esta nueva mirada es justamente la dinámica y la agilidad con que protegemos el medio ambiente y hacemos desarrollo”.
—¿Pero es necesario una mesa técnica?
“Creo que absolutamente falta una mirada común”.