Urge preguntar, porque las preguntas movilizan. Esa es la premisa que debe regir en el rol del directorio. Si no hay preguntas, no se producen reflexiones ni pensamos los impactos; sin pensar y repensar, no hay acción ni reacción y por ende no hay cambio. ¿Pueden los negocios darse el lujo de seguir resistentes al cambio?
Los últimos años hemos visto cómo el mundo administrativo de las empresas se ha sumado al tren del cambio climático, intentando impulsar políticas verdes dentro de sus operaciones, entendiendo la importancia de operar de forma sostenible y sustentable. Sin embargo, la pata coja se la llevan los directorios, que no tienen las herramientas concretas para poder hacer un correcto seguimiento a las estrategias medioambientales de sus empresas. Por eso, es necesario que desde los directorios surjan las preguntas específicas para impulsar, monitorear y mejorar esas estrategias.
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