Por Daniel Vercelli
4 Hechos Sorprendentes sobre el Clima que Desafían la Retórica Política
La Brecha entre el Discurso y la Realidad (o una nueva versión del refrán”del dicho al hecho hay mucho trecho”)
En la reciente #AsambleaGeneral de las United Nations, el debate sobre el cambio climático volvió a ocupar los titulares, no tanto por los avances logrados, sino por la vehemencia de algunos ejercicios retóricos. Declaraciones que califican el #cambioclimatico como “el mayor engaño jamás perpetrado” o una simple “estafa” pueden generar una profunda confusión en el público (incluyendo las empresas y sus tomadores de decisiones, ya sean #CEOs o miembros de los #directorios), sembrando dudas sobre décadas de trabajo científico. Sin embargo, más allá de los discursos polémicos y los titulares diseñados para impactar, existen datos, documentos históricos y tendencias económicas masivas que cuentan una historia muy diferente, una que avanza con o sin el consentimiento de la arena política.
Esta edición especial de #DecidirElFuturo intena alejarse del ruido del debate para centrarse en la señal de la evidencia. Su propósito es revelar cuatro de las conclusiones más sorprendentes, contraintuitivas e impactantes que surgen al contrastar la retórica política con la realidad científica y económica, ofreciendo una visión clara y basada en hechos que va más allá de la polarización, demostrando que mientras algunos debaten la existencia del problema, otros —desde científicos del siglo XIX hasta los mayores #inversionistas del siglo XXI— ya están actuando en consecuencia.
1. La Ciencia no “Cambió de Opinión”: Lleva más de 125 Años Advirtiendo sobre el Calentamiento
Una afirmación recurrente para desacreditar la climatología, repetida esta semana en un discurso en la ONU, es que los científicos solían advertir sobre un “enfriamiento global”, sugiriendo que la #ciencia es inestable. Sin embargo, esta idea no resiste el escrutinio histórico. La base científica del calentamiento global causado por el dióxido de carbono (CO₂) tiene, de hecho, más de un siglo de antigüedad y ha sido notablemente consistente.
El científico sueco Svante Arrhenius fue el primero en calcular cómo las emisiones de CO₂ provenientes de la quema de combustibles fósiles afectarían la temperatura del planeta. Ya en 1896, su investigación pionera estimó que una duplicación del CO₂ en la atmósfera provocaría un aumento significativo de la temperatura global. Esta advertencia no fue un hecho aislado; fue el comienzo de un hilo científico que se extendió por todo el siglo XX, desde artículos en revistas populares en 1912 hasta informes formales a la Casa Blanca en la década de 1960. Incluso el supuesto “consenso de enfriamiento global” de la década de 1970 resulta ser un mito mediático. Un análisis exhaustivo de la literatura científica de la época (1965-1979) encontró 44 artículos que predecían el calentamiento, frente a solo 7 que predecían el enfriamiento. Lo realmente sorprendente es descubrir que la advertencia fundamental no es un fenómeno reciente, sino que tiene sus raíces en el siglo XIX, demostrando una consistencia científica que ha resistido la prueba del tiempo.
2. Algunas Petroleras lo Sabían Primero (y con una Precisión Escalofriante)
Quizás uno de los hallazgos más impactantes en la historia del cambio climático es que, décadas antes de que se convirtiera en un tema de debate público masivo, los propios científicos de algunas de las grandes compañías petroleras no solo conocían el problema, sino que lo habían modelado con una precisión asombrosa. Lejos de ser un “engaño” del que no estaban al tanto, la evidencia muestra que tenían una comprensión temprana y clara de las consecuencias de esta actividad (más allá de qué tan necesaria era o es esta actividad para la economía global y su rol en acelerar crecimiento y prosperidad económica como habilitador clave de parte de la revolución industrial… aquí no entraremos a ese juicio).
Los documentos internos de Exxon (hechos públicos hace pocos años), datados en las décadas de 1970 y 1980 son reveladores. En ellos, sus propios científicos advirtieron a la alta dirección sobre las graves consecuencias de las emisiones de combustibles fósiles, llegando a proyectar con exactitud la trayectoria del calentamiento que vemos hoy. Un memorando de 1977 de James Black, un científico senior de Exxon, es particularmente premonitorio:
“El pensamiento actual sostiene que el hombre tiene una ventana de tiempo de cinco a diez años antes de que la necesidad de decisiones difíciles sobre cambios en las estrategias energéticas pueda volverse crítica.” – James Black, científico de Exxon, 1977.
Un análisis de la Universidad de Harvard de 2023 confirmó la solidez de estas advertencias internas, concluyendo que las proyecciones climáticas de ExxonMobil realizadas entre 1977 y 2003 predijeron el calentamiento global con “habilidad y precisión impactantes”. En concreto, sus modelos proyectaron un calentamiento de 0.20°C por década, una cifra que se ha demostrado notablemente precisa. Y Exxon no estaba sola; informes internos de Shell y del American Petroleum Institute de la misma época confirman que el conocimiento de la crisis climática era un secreto a voces en toda la industria, décadas antes de que se convirtiera en un debate público.
3. El Dinero Habla: La Economía Global ya Eligió su Bando
Mientras la retórica política califica a la energía limpia como una “estafa verde” que condena a los países al fracaso, los flujos de inversión globales cuentan una historia radicalmente opuesta. Los mercados financieros, a menudo vistos como el árbitro final de la viabilidad económica, ya han emitido su veredicto. La transición energética no es una fantasía ideológica; es la mayor reorganización de capital del siglo XXI.
El dato más contundente es la proyección para 2025: la inversión global en tecnologías de energía limpia alcanzará los 2.2 billones de dólares, duplicando con creces la inversión destinada a los combustibles fósiles (1.1 billones de dólares). Este cambio monumental no es una anomalía, sino una tendencia estructural que se acelera cada año.
• Inversión total en energía: Se proyecta que en 2025 alcance un récord histórico de 3.3 billones de dólares, con dos de cada tres dólares destinados a tecnologías limpias.
• Líder en inversión: La energía solar recibirá 450 mil millones de dólares, superando a cualquier otra fuente de energía para convertirse en la categoría individual más grande de inversión.
• Líder geográfico: China se ha posicionado como el líder indiscutible en la transición, con una inversión anual en energía limpia que supera los 676 mil millones de dólares.
Este punto es crucial porque demuestra que, independientemente de los discursos políticos, los #mercados, los #inversores y el #capital global operan bajo una premisa clara: la transición energética no solo es necesaria, sino que representa la #oportunidad económica más grande de nuestra era.
4. Los CEOs no ven un “Engaño”, ven una Oportunidad de Creación de Valor
Si el cambio climático fuera “el mayor engaño del mundo”, se esperaría que los líderes de las mayores corporaciones globales, cuyo principal objetivo es la rentabilidad, fueran los primeros en denunciarlo. Sin embargo, ocurre exactamente lo contrario. Para el mundo empresarial, el cambio climático ha dejado de ser una cuestión de responsabilidad social para convertirse en un factor material de riesgo y, sobre todo, de oportunidad.
La encuesta “Sustainable Signals” 2025 de Morgan Stanley es contundente y revela un consenso empresarial abrumador:
• El 88% de las compañías ven la #sostenibilidad como una oportunidad de creación de valor.
• El 57% de las empresas ya experimentaron un impacto directo en sus operaciones debido a eventos climáticos físicos solo en el último año.
Además, una reciente encuesta de Deloitte a ejecutivos globales (CxO) encontró que el 70% afirma que el cambio climático afectará su #estrategia comercial en los próximos tres años. Para estos líderes, el cambio climático no es una cuestión ideológica, sino un factor tangible que ya está impactando las cadenas de suministro, la gestión de #riesgos, la planificación de #capital y las estrategias de #crecimiento a largo plazo.
Conclusión: Una Realidad que Avanza Sola
Al final, los hechos dibujan una desconexión fundamental y creciente. Por un lado, una retórica política que niega o minimiza el cambio climático. Por el otro, una realidad científica, económica y empresarial que avanza decididamente en la dirección opuesta, impulsada por más de un siglo de ciencia consistente y billones de dólares en inversiones. La transición no está esperando permiso; está ocurriendo ahora, reconfigurando mercados e industrias a escala global.
Esto nos deja con una pregunta final e ineludible. Si la ciencia es clara desde hace un siglo, las propias petroleras lo sabían hace 50 años, y la economía global ya está invirtiendo billones en la transición, ¿cuál es el verdadero costo de seguir ignorando la evidencia?