Por M. Elena Cruz Blanco
Siempre el que cree, crea. Y en Chapter Zero creemos firmemente que el planeta necesita, con urgencia, que nos hagamos cargo de la contaminación y transitemos hacia un modelo de desarrollo más sostenible. Un modelo que, además de cuidar el medioambiente, genere riqueza y sea viable tanto económica como socialmente. Porque la sostenibilidad no puede ser solo un ideal: debe ser una solución real, factible, construida con y para las empresas.
Hoy, el mundo se encuentra en un punto de inflexión. Gobiernos, estados y grandes empresas privadas están intentando avanzar hacia sistemas de energía limpia y economía circular. Sabemos que este esfuerzo funcionará solo si los líderes empresariales —los directores de empresas, fundaciones y organizaciones— asumimos un compromiso razonable, concreto y progresivo hacia un mundo menos contaminante.
Y eso me emociona profundamente. Me emociona ver al planeta unido por un llamado urgente de la Tierra. Me emociona que trascienda el color político o los intereses particulares. Porque así se demuestra que es una causa común, global y urgente.
Sin embargo, me preocupa que muchas de estas soluciones —aunque bien intencionadas y técnicamente brillantes— se estén desarrollando a escalas tan grandes y complejas que se vuelvan inalcanzables, e incluso inentendibles, para la mayoría de las personas. Hidrógeno verde, baterías de litio, combustibles sintéticos, bombas de calor, energía eólica, solar… Todas tecnologías prometedoras, sí, pero muchas aún fuera del alcance del ciudadano común, que vive inmerso en la vorágine del día a día.
Mientras tanto, esa misma ciudadanía —que sufre las consecuencias del cambio climático con incendios forestales, inundaciones y sequías— observa, expectante y muchas veces a la deriva, sin saber cómo formar parte activa de la solución.
Y aquí es donde entra la gobernanza con propósito. Desde nuestros espacios de liderazgo, podemos —y yo creo que debemos— abrir paso a las pequeñas y medianas empresas que están desarrollando soluciones sostenibles de gran valor en innovación y gestión. Son ellas las que pueden generar un verdadero cambio en la sociedad, porque cuando estas empresas son visibilizadas, apoyadas y fortalecidas, no solo se transforman ellas mismas: también educan, inspiran e involucran a sus colaboradores y comunidades.
Esto tiene un poderoso efecto multiplicador. A través de estas decisiones empresariales conscientes, contribuimos a una mayor comprensión social del problema, generamos propósito compartido y sembramos acciones concretas.
La invitación, entonces, es clara: caminemos junto a quienes quieren ser parte de la solución. Porque, al hacerlo, no solo contribuimos al éxito empresarial —de ellos y nuestro—, sino que también ayudamos a construir una sociedad más informada, empática y comprometida con el futuro del planeta. Miremos con otros ojos a los suppliers, démosle valor a nuestra cadena de producción, creamos en quienes crean, abrámosles un futuro y caminemos juntos hacia la sustentabilidad.